La autocompasión como recurso frente al estrés sanitario

El estrés puede definirse como la reacción psicológica y física que tenemos ante una situación que sentimos que nos sobrepasa (es decir, excede nuestros recursos para afrontarla). Por otra parte, el estrés puede derivar en distintos problemas, como ansiedad, depresión, agotamiento emocional, relaciones tensas, menor satisfacción laboral, burnout y menor satisfacción con la vida. Esta últimas, satisfacción y burnout, son especialmente importantes, dado que están relacionados con empobrecimiento de la función inmune así como abuso de sustancias y fatiga de la empatía (en personal sanitario o cualquier persona que cuide de otra).

Algunos estudios se han centrado en investigar aquellos factores que fortalecen la resiliencia -como la meditación basada en mindfulness y la aceptación- y pueden mitigar la asociación entre los estresores y sus consecuencias negativas. En este sentido, estudios recientes sobre compasión interior o autocompasión –la habilidad o tendencia a responder con amabilidad, comprensión y calidez hacia el sufrimiento propio- sugieren que ésta puede ser entrenada y resultar beneficiosa. La compasión interior es un factor de resiliencia, conectada con un gran abanico de beneficios psicológicos, como menos psicopatología, depresión, estrés y burnout, así como mejor bienestar general. Igualmente, se ha comprobado que el cultivo de la compasión interior debilita la conexión entre la preocupación empática y la fatiga por empatía.

Según la evidencia, las personas más autocompasivas gestionan mejor el estrés gracias a una mejor capacidad de reestructurar su pensamiento en términos positivos, además de tender en menor medida a la evitación o el escape de situaciones. También, abandonan las metas y objetivos infructuosos y redirigen sus esfuerzos hacia alternativas más alcanzables. Igualmente, las personas que se aceptan y se tratan con amabilidad en situaciones difíciles, utilizan estrategias de afrontamiento frente a los problemas que resultan más adaptativas y flexibles.

Un estudio realizado por Dev, Ill y Consedine (2020) ha indagado sobre los efectos protectores de la autocompasión frente al estrés. En el estudio participaron 1700 personas relacionadas con el ámbito sanitario, incluyendo enfermeras/os (801), médicas/os (516) y estudiantes de medicina (383). Los resultados sugieren que una mayor puntuación en autocompasión predice de forma consistente menos burnout y mayor satisfacción con la vida. No obstante, estos efectos protectores solo se encontraron en la muestra de enfermeras/os. Si bien es cierto que todavía se sabe poco sobre la compasión interior en profesionales sanitarios, estos hallazgos pueden indicar que existen diferencias entre la medicina y la enfermería.

En términos generales, es posible que la autocompasión sea más importante para los profesionales de la enfermería. Por ejemplo, algunos autores argumentan que, en relación a la medicina, la enfermería tiene una cultura profesional más compasiva, junto a otras diferencias como poder, estatus y tipos de personas que se dedican a una y otra. Igualmente, es posible que en enfermería cobre mayor importancia el desarrollo de la compasión interior debido a la diferencia de control de los eventos estresantes respecto a la medicina. Aunque el estudio no midió la controlabilidad de los estresores, quizá existan diferencias a este nivel entre enfermería y medicina. En relación a ello, la autocompasión puede ser más eficaz para la gestión de dificultades internas y no tanto para eventos externos o inherentemente menos controlables.

Isaac Carmona, Doctorando en Psicología

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